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Los beneficios del creyente

 Escrito por: Dr. Charles Lynch,  Fundador y director de Living Foundations Ministries,  www.lfmtools.org.  Usado con permiso.  Traducido:  Dra. Marie Stevens.  Revisado por Lic. Brenda Poyer.

Una Gran Sorpresa

Una de las sorpresas más grandes que permite confrontar tanto a los nuevos creyentes como también a quienes tienen años de convertidos, consiste en que ambos experimentan muchos de los mismos problemas que viven aquéllos que todavía no son creyentes.  Esto llega a ser como un choque grande en su forma de razonamiento lógico, pareciera que hay una idea falsa de que todo iba a cambiar cuando entregaran su vida a Cristo, en un acto de fe para salvación.  Este descubrimiento puede originar en los creyentes apatía y desinterés, incluso se sabe de algunos cristianos que han abandonado su fe debido a esta decepción.

El Apóstol Pedro, anticipando que tal situación podía ocurrir, preparó a los creyentes de modo que no les causara sorpresa cuando se encontraran en tiempos de fuertes pruebas.

        “Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese”  (I Pedro 4:12).

El Apóstol Pablo también trató este tema cuando escribió a los creyentes en Roma.  Muchos de ellos sobreponían su sistema pasado de creencias sobre el cristianismo.  Pablo los desafió para dejar de conformarse a los valores y las actitudes del sistema del mundo a su alrededor y pasar a un proceso de transformación que permitiera cambiar su manera de pensar.

          “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta» (Romanos 12:2).

Los problemas que llegan a la vida de los creyentes, ayudan a revelar los pensamientos y comportamientos que deben ser cambiados.        

En su responsabilidad de consejero o discipulador usted debe animar a sus hermanos para que puedan identificar: ¿Cuáles son las ventajas que ellos tienen como creyentes para hacer frente y confrontar los problemas de la vida, en relación a todas aquellas personas que aún no han hecho su decisión por Cristo? Ayúdelos a ser conscientes de estas ventajas.

 Herramientas Bíblicas

Dios ha provisto un recurso muy útil y necesario al creyente para que pueda tratar con sus problemas de vida.  El Apóstol Pablo lo identifica como las armas disponibles:

        “porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas,”  (2 Corintios 10:4).

Las Herramientas Bíblicas son principios generales de La Escritura que se pueden aplicar a los problemas para tratar de resolverlos.  Hay también verdades que se aprenden de las experiencias y de la investigación, las cuales a su vez son efectivas para tratar diferentes problemas.  Esta clase de verdad siempre debe estar conforme a la Escritura y no debe contradecirla.  Por ejemplo, las verdades en el libro excelente del Dr. Gary Chapman, “Los Cinco Lenguajes de Amor”, no se encuentran en la Biblia tal como el autor las presenta, sino que son verdades derivadas de la investigación y que han beneficiado a los cristianos en todo el mundo.

Una Muestra de Herramientas Bíblicas                   

   Problema         Herramienta          Pasaje Bíblico        

 Culpabilidad    Confesión, Perdón      1 Juan 1:9                      

Desesperación    Esperanza     1 Tesalonicenses 4:9-18   

 Ansiedad              Oración                Filipenses 4:6  

 Rechazo             Aceptación             Romanos 15:7

 Fracaso              Restauración            Gálatas 6:1

Matrimonio      Amor / Respeto            Efesios 5:33

Confusión           Confianza               Proverbios 3:5-6   

 Afligido                 Gozo                      Santiago 1:2-4

Atacado        Resistencia al mal          Santiago 4:7

No amado             Amor                      Romanos 5:8

 

Dios les ha dado generosamente todo lo que necesitan para vivir una vida santa:

        “Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder,    mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia” (2 Pedro 1:3).

       “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia,”  (2 Timoteo 3:16).

La ventaja que tiene compartir los conceptos de Herramientas Bíblicas en la consejería radica en que durante varias sesiones consecutivas, el consejero puede preguntar si la persona está usando sus herramientas. Si la respuesta es “este consejo no funciona”, entonces el consejero puede investigar cuál ha sido la herramienta que  la persona concordó y que manifiesta que no funciona. (Esto sirve como una Pista) La mayoría de la gente confunde el escuchar con el hacer.  Sobre todo Dios bendice a los hacedores de Su Palabra, no a los conocedores u oyentes.

“Más el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace”  (Santiago 1:25). 

 El Poder para Usar las Herramientas

Dios no sólo les da las Herramientas Bíblicas prácticas para ocuparse de los problemas, Él también les da el poder para usar las Herramientas, esta es una distinción importante entre el cristianismo y otras religiones.  El cristianismo es una relación con una Persona que provee el poder de realizar lo que Él  desea que  nosotros hagamos.

         “Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho”  (Juan 15:7).

         “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”  (Filipenses 4:13).

¿Es fácil?  ¡NO!           ¿Tomará tiempo?  ¡SÍ!

Las últimas palabras de Jesús tranquilizan y alientan: “ustedes recibirán poder” a través del Espíritu Santo:

       “pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en   Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hechos 1:8).

El Apóstol Pablo le recordó a Timoteo que Dios es un poder “dador”:

       “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio” (2 Timoteo 1:7).

La persona que usted aconseja tendrá acceso al poder de Dios, primero en la salvación, y después permaneciendo en compañerismo a través de la obediencia:

       “Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad;  pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.  Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros” (I Juan 1:6-8).

Irónicamente, el poder de Dios es más evidente cuando estamos en tacto con nuestra propia debilidad personal:

        “Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por     tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo”  (2 Corintios 12:9).

 El Entrenamiento para Utilizar las Herramientas

El entrenamiento de Dios para utilizar las herramientas no se restringe al aprendizaje en la sala de clase o de los libros, sino que se enfoca en las experiencias de la vida que se llaman las dificultades, las aflicciones, las tentaciones o pruebas:

       «Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, a las doce tribus que están en la dispersión: Salud.  Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia»  (Santiago 1:1-3).

El consejero puede referirse a estas pruebas como “experiencias de aprendizaje”.

Pedro también ayudó, humildemente, a otros a reconstruir sus vidas por medio del aprendizaje de su propio fracaso.

«Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo;» (Lucas 22:31).

El primer tema tratado en el libro de Santiago es “Cómo tratar las pruebas y tentaciones”.

       «Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, a las doce tribus que están en la dispersión: Salud.  Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia.  Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.  Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.  Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.  No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor» (Santiago 1:1-7).

Job,  el primer libro escrito en el Antiguo Testamento hace referencia a “Cómo tratar el dolor personal de la pérdida”

Apoyo mientras se usan las herramientas

El apoyo que Dios provee puede ser físico, espiritual o emocional. Él se refiere a los creyentes como un cuerpo:

       «Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo.  Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.  Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos.  Si dijere el pie: Porque no soy mano, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? Y si dijere la oreja: Porque no soy ojo, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuese oído, ¿dónde estaría el olfato?

         Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como él quiso.  Porque si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo? Pero ahora son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno solo.  Ni el ojo puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: No tengo necesidad de vosotros.  Antes bien los miembros del cuerpo que parecen más débiles, son los más necesarios; y a aquellos del cuerpo que nos parecen menos dignos, a éstos vestimos más dignamente; y los que en nosotros son menos decorosos, se tratan con más decoro.  Porque los que en nosotros son más decorosos, no tienen necesidad; pero Dios ordenó el cuerpo, dando más abundante honor al que le faltaba, para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros.  De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan.  Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular»  (1 Corintios 12:12-27).

Asimismo, Dios considera a los creyentes como una familia y no solamente como una organización.  Se ordena a que se ayuden entre ellos mismos, esto no es sólo una sugerencia, es una instrucción bien definida a que cooperen entre todos para sobrellevar sus tremendas cargas y, que de esa forma, se pueda también satisfacer y cumplir la ley de Cristo, de amarse  unos a otros:

       «En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor;» (Romanos 12:11).

       «Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo» (Gálatas 6:2)

       «En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros»  (Juan 13:35).

Los creyentes pueden dar a otros,  un estímulo personal:

       «antes exhortaos los unos a los otros cada día,»  (Hebreos 3:13).

Así como también, los creyentes pueden compartir de sus propios recursos, sean financieros o materiales:

       «Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él?»  (I Juan 3:17).

Dios  apoya personalmente a cada creyente,  mediante Su Espíritu Santo.  Él es el Dios de todo consuelo que prepara a cada uno para que a su vez consuele a otros,  según como haya sido su propia experiencia personal en recibir del Señor su  consolación.

        «Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios»  (2 Corintios 1:3, 4).

Recompensas por Usar las Herramientas

Dios tiene prevista una recompensa eterna por cada vez que se usen las Herramientas Bíblicas. ¡Qué bueno es hacer la cosas correctas! especialmente, si son ordenadas por Dios.  Pero puede ser que no se obtenga una ventaja terrenal por haber hecho lo correcto.  Jesús tuvo la mejor actuación que se pueda exigir a ser humano, y aún así.  Terrenalmente recibió el peor castigo, la muerte.

Cuando se usan las Herramientas Bíblicas apropiadas para hacer las cosas correctas, se debe estar claro de pensamiento y sentimiento que el resultado temporal no debe ser la meta, esto no es lo más importante, sino que Dios está preparando las recompensas increíbles por lo que se ha realizado, a fin de que sea disfrutado por siempre.

El Apóstol Pablo aclaró el tiempo y el lugar donde serán entregadas  estas recompensas bien merecidas.  Se convocará a todos los cristianos, sin excepción, al Juicio de Cristo (Asiento de Juicio) para recibir las recompensas eternas por lo que cada quien hizo en la tierra, si fueron buenas serán recompensas ganadas, pero si fueron  malas, entonces se habrán perdido las recompensas, no habrá ningún reconocimiento.

       «Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo» (2 Corintios 5:10).

Las obras de los creyentes serán examinadas por el fuego:

       «Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará.  Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa.  Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego» (1 Corintios 3:12-15).

La anticipación de recibir estas recompensas es una motivación poderosa para usar estas Herramientas de Dios y las armas espirituales para aguantar hasta el final de la vida sin abandonar nuestra fe. Como lo han hecho muchos.

       «He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, Juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida»  (2 Timoteo 4:7,8).

Durante la aplicación de las Herramientas Bíblicas, tanto usted como su discípulo o aconsejado se sentirán muy agotados, desanimados, frustrados, estresados, inclusive, puede ser que lleguen a experimentar sentimientos de desesperación.  Pero se debe perseverar haciendo todo lo posible para permanecer sanos espiritualmente y usar efectivamente las Herramientas Bíblicas que se han presentado, sólo así se logrará alcanzar esa cosecha sobreabundante que ya está lista para ser recogida.

       «No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos»  (Gálatas 6:9).

Nuestro Trabajo

Nosotros, como consejeros y ayudadores de otros, debemos hacer tres cosas;

  1. Estudiar la Palabra de Dios y escudriñarla diligentemente para ver las Herramientas Bíblicas.
  2. Estudiar a las personas y aprender sus patrones de conducta.
  3. Aprender cómo aplicar las Herramientas Bíblicas en la vida práctica diaria.  Esto es la verdadera sabiduría, comprensión y conocimiento.

       «Para entender sabiduría y doctrina, para conocer razones prudentes, para recibir el consejo de prudencia, justicia, juicio y equidad» (Proverbios 1:2, 3).