Recopilado por: Dra. María Giuffrida de Mendoza
1. Amar a Dios por sobre todas las cosas
(1 Juan 5:1, Juan 21:15-24). Guardar sus mandamientos (1 Juan 5:2-3) y confiar en Él (Proverbios 3:5-6; Filipenses 4:6).
1 Juan 5:1-3. Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y todo aquel que ama al que engendró, ama también al que ha sido engendrado por él. En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos. Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos. Estos no son difíciles de guardar si lo mamamos de todo corazón. Pero si alguno dice yo amo a Dios y aborrece a su hermano es un mentiroso, pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, como puede amar a Dios a quien no ha visto.
Cuando se ama a alguien hay compromiso de permanecer fieles para bien del que se ama, por eso la necesidad primordial es clamar por amar al Señor apasionadamente con toda el alma, con toda la mente, con todas las fuerzas, y dice la Escritura “el que ama a Dios, ame también a su hermano» (1 Juan 4:21). Todo esto consiste en amar a Dios y amar al hermano: someterse al consejo del Señor, resistir al diablo cuando quiere traer disensión, juicio, división, celos o envidias. Cuidarse de ser tropiezo para alguien. Honrar a los siervos y valorar su servicio al Señor por pequeño que parezca. No formarse una idea negativa de alguien ni darle lugar al diablo, porque esa opinión puede endurecer nuestro corazón y enfriar el amor genuino y el compromiso.
Es importante reconocer la total y absoluta incapacidad de hacer efectivo nuestro servicio en base a nuestros propios esfuerzos. El éxito de una iglesia no depende de eso, sino del poder de Dios. Si nos esforzamos en levantar una congregación para demostrar que tan eficaces somos, fracasaremos. Pero si nos esforzamos para levantar una congregación para la gloria de Dios, entonces al final prodremos decir: !Grandes cosas ha hecho el Señor con nosotros!.
2. Negarnos a nosotros mismos
Lucas 9:23 Y a todos les decía: «Si alguien quiere seguirme, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame».
Mateo 16: 24 – 25. «Entonces dijo Jesús a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá, pero quien pierda su vida por mí, la encontrará».
La nueva vida en Cristo comenzó en la eternidad pasada, por medio de la muerte de Cristo en la cruz, pero sigue hasta la eternidad futura. Si seguimos “en Adán” terminaremos en la muerte eterna. Pero si nos identificamos con su muerte y resurrección, Dios nos transfiere de Adán y nos planta en Cristo.
“Dios nos coloca en otro sitio y nos transforma completamente a través del acto de fe” y nos hace “nuevas personas”, y los que antes estábamos muertos por nuestros pecados, ahora tenemos una nueva vida en Cristo”.
Los cristianos nacidos de nuevo tienen una nueva verdad en su espíritu porque son nuevas personas. Como nueva persona es salvo y Dios le ha dado confianza, seguridad, aceptación y Dios está 100% comprometido con ella (Rom 10:13, Juan 10:28, Ap 3:20).
Debemos seguir limpiando nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestra vida de todo aquello que nos está estorbando, antiguos pensamientos, ídolos (amuletos, personas, actividades), todo aquello que ocupe un lugar más importante en la vida que Dios, es un ídolo que debemos desechar de nuestras vidas.
La primera enseñanza es que el hombre renuncie a sí mismo, y esto, El que quiera venir conmigo. Y, además, que tome su cruz y me siga. Lucas dice en su relato, cargue con su cruz cada día y se venga conmigo (Lc 9; 23-26); La doctrina del Reino, nos exige negarse a un mundo de exigencias personales y cómodas.
Es una vida moral nueva, que lleva consigo un sacrificio frente a las cosas mundanas, pero que al final tiene su ganancia eterna. El discípulo de Jesús ha de estar dispuesto a toda persecución y muerte. El Reino le puede exigir esto. Pero al que ante el Reino tomase una actitud de vergüenza por seguirlo, le aguarda el Hijo del hombre, presentado como Juez del mundo, en su parusía, con la condena de avergonzarse de él.
Cuando Jesús dice: que renuncie a sí mismo, propone -a los que quieren seguirlo- su propia vida como modelo de una vida perfecta, con una imitación fiel de su vida, según la medida de nuestras fuerzas. Si alguno no renuncia a sí mismo, no se acerca al que está sobre El. La renuncia a sí mismo, quiere decir el olvido absoluto de lo pasado y la renuncia de la propia voluntad. Se niega a sí mismo uno cuando la vida pasada en el mal se convierte en una vida buena y de nuevas costumbres, especialmente en una vida de oración. Porque el que ha vivido la vida del pecado deshonesto se niega a sí mismo cuando se vuelve a una vida sana. Del mismo modo, se llama negarse a sí mismo abstenerse de cualquier clase de pecado.
En esa hora dará a cada uno lo que merecen sus obras. Es entonces la responsabilidad personal la que entra en juego. Porque no es fácil tomar la cruz y seguir a Cristo, es un camino duro, arduo, hay que estar dispuesto a cumplir con todo lo que el Señor nos enseño, hay que tener dispuesta la vida contra los sufrimientos, contra los peligros y ofrecerse hasta la muerte. Así como lo han hecho muchos, dejar lo conocido por lo desconocido, abandonar las cosas del presente, por las futuras y del Reino prometido.
3. Estar dispuesto a seguirle siempre
Oseas 6:6. «Porque Me deleito más en la lealtad (misericordia) que en el sacrificio, Y en el conocimiento de Dios que en los holocaustos».
Hay quienes dicen que Job es un ejemplo de paciencia. No estoy muy seguro de ello. Me parece que la virtud en la que él destacó enormemente no fue la paciencia, sino la lealtad. Amaba a Dios y aunque se dio cuenta, cuando llegó la desgracia, que Dios estaba detrás, se mantuvo fiel.
Y agrega Jesús: que tome su cruz y me siga, o como dice Lucas: “Que cargue con su cruz cada día y me siga” es el deseo de sufrir la muerte por Cristo, mortificándose por El mientras se vive de paso en la tierra, es el estar dispuesto a enfrentar cualquier peligro por dedicarse al Señor y no aficionarse a las cosas mundanas de esta vida, es lo que se llama tomar su cruz. El que quiera seguir a Cristo no debe huir el padecer por El. La cruz puede llevarse de diversos modos, con ayuno, abstinencia y penitencia, es decir cuando sentimos pena por pecar, pero también se lleva la cruz, cuando el alma se empapa de la compasión por los demás.
Hay dos conceptos asociados a este seguirle siempre, y es:
- Fidelidad: La persona fiel es aquella que cumple con sus promesas.
- Lealtad: La lealtad es una virtud que se desarrolla en la conciencia y que implica cumplir con un compromiso aún frente a circunstancias cambiantes o adversas. Una persona a la que se le puede confiar algo, es candidato a asumir un “compromiso”
Hay quienes dicen que Job es un ejemplo de paciencia. Creo que la virtud en la que él destacó enormemente fue la lealtad. Amaba a Dios y cuando llegó la desgracia, y se dio cuenta que Dios estaba detrás, se mantuvo fiel.
Job lo perdió todo. Sin embargo, ¿qué hizo Job? En un desplante de lealtad inigualable, porque sabía que Dios es todopoderoso y que si le había ocurrido algo así, es porque Él lo había permitido, se postró en el suelo y pronunció una de las más célebres frases en la Biblia:
Entonces dijo: «Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo he de partir.
El Señor ha dado; el Señor ha quitado. ¡Bendito sea el nombre del Señor!»
(Job 1:21).
4. No aguardes algo grande para comenzar
Mateo 25:23. «Su señor le dijo: Bien hecho, siervo bueno y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré, entra en el gozo de tu señor».
Dios nos llamó para que seamos sus testigos en el mundo. Tanto en los asuntos menores como en los mayores de la vida, desea que revelemos a los hombres los principios de su Reino. Muchos están aguardando que se les dé algo grande que hacer mientras que desperdician diariamente las oportunidades que tienen de ser fieles a Dios. Diariamente dejan de cumplir con todo el corazón los deberes pequeños de la vida. Mientras aguardan alguna obra grande en la que podrían ejercer los importantes talentos que creen tener, y así satisfacer sus anhelos ambiciosos, van transcurriendo los días.
Para concretar el compromiso cristiano en la vida diaria, debemos encarnar el mensaje de Jesús en nuestras circunstancias actuales y ver cuales son las exigencias (en la familia, en el trabajo, en las relaciones sociales, en nuestros deberes como ciudadanos). No es necesario hacer cosas extraordinarias, sino, actuar con coherencia, sencillez y grandeza de corazón. Alguien dijo una vez “No hables demasiado de las cosas grandes, déjalas crecer en ti”.
Muchos de nosotros queremos servir al Señor desde nuestras perspectivas. Queremos muchas veces predicar a lo largo del mundo, cuando ni siquiera podemos predicarle a nuestros vecinos. Muchos de nosotros queremos tener muchos discípulos, pero en realidad no queremos pagar el precio de dedicarle nuestro tiempo al Señor. Muchos queremos que caigan las cosas del cielo, nuestra unción, nuestro ministerio, nuestro llamado, pero así no funcionan las cosas.
Dios hace grandes cosas con pequeñas acciones. Contra un gigante majestuoso, una piedra en un arroyo parece inútil. Pero Dios usó para derribar a Goliat. En comparación con los diezmos de ricos, las monedas de la viuda parece insignificante. Sin embargo, Jesús usó que nos inspire.
Naaman no quiso hacer lo que le dijo el profeta Eliseo porque le pareció que bañarse en el río Jordán era cosa muy insignificante. El hombre a quien le dieron un solo talento lo enterró en vez de usarlo. Hay muchos que están deseando predicarles a miles, pero no desean sentarse al lado de un alma y guiarla al bendito Jesús. Debemos esforzarnos por llevar uno a uno a los hombre, hasta el Hijo de Dios. No podemos encontrar mejor ejemplo de esto, que en la vida de Cristo mismo.
Recuerde: Moisés tenía una plantilla, David tenía una honda, Sansón tenía una mandíbula, Rahab tenía una cadena, María tenía un poco de ungüento, Aarón tenía una caña, Dorcas tenía una aguja. Y todos ellos fueron usados por Dios. ¿Qué tienes tú?.
5. Los talentos y dones son importantes pero no son lo más importante para establecer un compromiso.
1 Cor 13: 1-3. «Si yo hablara lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena o címbalo que retiñe. Y si tuviera profecía, y entendiera todos los misterios y todo conocimiento, y si tuviera toda la fe, de tal manera que trasladara los montes, y no tengo amor, nada soy. Y si repartiera todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregara mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve».
1 Cor 14:1. «Seguid el amor y procurad los dones espirituales, pero sobre todo que profeticéis».
Una de las principales excusas que utilizamos para no comprometernos con Dios es Yo no tengo ningún recurso (talento y habilidad o don). En realidad tenemos toneladas. Muchos estudios han revelado que el promedio de personas posee de 500 a 700 diferentes habilidades y destrezas.
Sin embargo, no debemos esforzarnos por hacer cosas para Dios que no estén acordes con nuestra personalidad, si no tenemos aptitudes para el canto o la danza y lo hacemos porque pensamos que eso va a agradar a Dios, nos sentiremos frustrados. “cuando ministras de manera congruente con la personalidad que te dio Dios, experimentarás realización personal, satisfacción y productividad.
No importa cuan poca capacidad tengáis, ni cual insignificante parezca vuestro talento, empleados para Dios, y Él hará que produzcan grandes resultados.
6. Estar dispuesto a enfrentar batallas
1 Pedro 5:8. «Sed de espíritu sobrio, estad alerta. Vuestro adversario, el diablo, anda al acecho como león rugiente, buscando a quien devorar».
Santiago 4:7. «Por tanto, someteos a Dios. Resistid, pues, al diablo y huirá de vosotros».
Romanos 8:31. «¿Qué pues diremos a esto Si Dios es por nosotros, quien contra nosotros?».
Romanos 8:39. «Por lo que estás seguro que ni la muerte ni la vida, ni ángeles ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro».
Una vez puesto tus ojos en Cristo como tu Salvador, en algún momento cuando la vida se te vuelva dura o dolorosa no retrocedas, no vuelvas tu vista atrás de nuevo, Dios ha dicho en su palabra, el que en lo poco me sea fiel, en lo mucho lo pondré.
La palabra dice que tendremos luchas, y nuestras luchas no son contra sangre y carne, sino contra principados y potestades y huestes espirituales de este siglo, pero Dios nos dará la victoria. El compromiso, genera batalla, pero nadie gana una batalla sin entusiasmo. Las armas de nuestro ataque no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas.
Hay tropiezos que viene cuando personas interfieren para que tú no hagas la voluntad de Dios en tu vida. Cuando Pedro le dice a Jesus, que tenga compasión de él, en ninguna manera su muerte acontezca, Jesús le dijo a Pedro Quítate de delante de mí, Satanás! Me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres. Cada uno de nosotros tiene un propósito en esta tierra y muchas personas querrán interferir en tu propósito.
7. El compromiso no depende del estado de ánimo
Sentimiento. Es una Acción movida por el efecto de sentir o sentirse. 2. Es un estado afectivo del ánimo producido por causas que lo impresionan vivamente. sentir1. (Del lat. sentīre). tr. Experimentar sensaciones producidas por causas externas o internas. En definitiva el Sentimiento es una reacción, un estado de ánimo producido por causas internas o externas. Es el resultado de mi entorno o de lo que me alimento, de lo que escucho, de lo que me rodea, de lo que lo que en definitiva me gobierna.
Jeremías 17:9-10. «Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras».
Engañoso, Falaz, que engaña o da ocasión a engañarse. Que dice mentiras. El que engaña en este caso tu corazón, lo que busca tu corazón es darle al error una apariencia de verdad ¿para que? Para hacerte errar pensando que lo hiciste bien, para que te equivoques, y pienses que hiciste lo correcto para matarte, y pienses que Dios se agrada porque no eres hipócrita, para que estés en maldición, y pienses que eres bendito por que no fuiste mentiroso Dios dice en su palabra que tú corazón te dice mentiras más que todas las cosas no existe en el universo alguna cosa que te diga más mentiras que tu propio Corazón. También su palabra dice que nuestro corazón es perverso
Perverso (Del lat. perversus). adj. Sumamente malo, que causa daño intencionadamente 2. Que corrompe las costumbres o el orden y estado habitual de las cosas. U. t. c. s. Podríamos resumir diciendo que nuestro corazón intencionalmente nos quiere dañar, por eso nos dice mentiras para que no entendamos nuestra verdadera razón de existir, para que no comprendamos nuestro verdadero propósito de existencia, para que no hagamos lo que nuestro Dios demanda de nosotros.
Cristo nos afirma que el es la vida quiere tener vida abundante y vida eterna.
A. Los sentimientos: “NO” — no deben ser nuestra autoridad.
1. No debemos dejarnos llevar por lo que opinamos o sentimos.
2. Isaías.55:8-9 “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová”
Una buena observación. ¿Cómo son mis pensamientos? ¿Acordes a la voluntad, al querer de Dios? ¿O acaso son pensamientos ajenos completamente a Él? Una buena oportunidad de revisar nuestros pensamientos a la luz de Dios, con serenidad, sin angustias innecesarias. Ir viendo todo aquello que no es conforme a su voluntad y alejarlo de mi vida. Tenemos que conseguir esa unificación de voluntades que nos hace merecedores de la gracia, en vez de apartarnos de Dios.
El compromiso no depende de mi estado de ánimo, o una situación particular, es una elección. Sin embargo, si el desánimo es un sedante que adormece la obra, la falta de compromiso es el veneno que la mata.
Jesús nos ha llamado a ser sal de la tierra y luz del mundo, si la sal pierde su sabor, se torna insípida, donde quera que estemos debemos proclamar el evangelio de Jesús, e incluso con nuestras acciones, a pesar de que el mundo que nos rodea esté diciendo lo contrario (Romanos 12:2).
A veces solemos volver a nuestra vista al mundo y sobre todo si estamos pasando por situaciones desalentadoras, vemos casi con envida como aquellos que ni siquiera andan pensando en el Señor al parecer les va tan bien, e incluso, a veces andan haciendo lo malo, mientras que nosotros que andamos en su camino y sirviendo con nuestras obras, no nos va tan bien como a ellos, en proverbios 24: 2 – 4 No tengas envidias de los hombre malos, ni desees estar con ellos, porque su corazón piensa en robar, e iniquidad hablan sus labios.
¿Qué cambios necesitas en tu vida?
¿Cómo permanecer en el compromiso?
1. Siendo: Fiel – Leal – Perseverante – Diligente – Valiente – Confiado – Dispuesto a fallar – Llena de amor.
2. Hacer una decisión. Para no evadir el compromiso use el método Edison:
Él llamaba a la conferencia de prensa y corría al laboratorio de inmediato.
“Has tus planes públicos y tendrás más compromiso”
E INTÉNTALO DE NUEVO
Oración de compromiso:
Resuelvo hoy entregar mi vida en forma plena, total y absoluta, en las manos de mi SALVADOR JESÚS. Otorgo permiso incondicional a mi Señor para que me use de la manera que le parezca mejor y más conveniente en su viña. Este permiso no tiene fecha de vencimiento. Queda claro además que mi servicio no dependerá de retribución o privilegio alguno que quiera otorgarme.
REFLEXIÓN
Y es que cuando Dios nos alcanza brotarán de nuestro ser obras buenas, porque del corazón brota lo que del corazón reposa.
Sólo debemos, dejarnos amar y, en silencio, contemplarle para amarle. Y es que cuando Dios te “agarra” por dentro, es ya imposible trabajar para otro Patrón.